Con las altas temperaturas llega la temporada alta de playas, paseos marítimos, chiringuitos…y de unos visitantes mucho menos agradables: las pulgas y garrapatas. Con el calor y las condiciones de humedad ambos ectoparásitos están más activos y pueden contagiar graves enfermedades tanto a los animales como a las personas. Así, mientras las primeras pueden causar dermatitis alérgicas a las mascotas, las garrapatas son transmisoras de graves enfermedades, entre ellas la denominada ehrlichiosis canina. ¿Cómo evitarlo? ¿Qué recomendaciones básicas deben seguir en estas fechas los dueños de perros y gatos? Sergio Moya, vocal de pequeños animales del Colegio de Veterinarios de Málaga, da las pautas básicas para mantener a salvo a las mascotas.
“Nuestra ciudad tiene un clima muy bueno que hace que nunca debamos bajar la guardia, pero de mitad de marzo a octubre tenemos que extremar la vigilancia porque los ectoparáitos incrementan su población”, destaca Moya al tiempo que pone sobre la mesa un dato preocupante: “En el caso de las pulgas, el 80% de los perros y el 30% de los gatos acaban pillándolas en esta época. De hecho, una de cada tres consultas que recibimos los veterinarios estos días están relacionadas con algún tipo de picor en el animal, que hace que se rasque continuamente de forma compulsiva”, explica.
El problema con estas picaduras -como recuerda este experto- es que además de generar hinchazón en la zona afectada pueden acabar ocasionando una dermatitis alérgica, “el brote puede extenderse por el torso y vientre del animal y le genera unas heridas tremendas”, señala. Los síntomas de esta afección dermatológica son costras y eritema (inflamación superficial de la piel caracterizada por manchas rojas), sobre todo, en la zona próxima donde se une la cola con la espalda. Esta afección también se manifiesta en la zona de los muslos (cara interna) y el abdomen, e incluso, puede extenderse por todo el cuerpo. Además, las pulgas chupan la sangre y pueden causar anemia cuando son muy numerosas.
En lo que respecta a las garrapatas, Moya indica que son algo menos frecuentes en el caso de perros urbanos que no frecuenten zonas de campo. “Su incidencia ronda el 30% de la población de mascotas”, advierte. Eso sí, sus efectos son más graves. “Se trata de ectoparásitos más peligrosos ya que pueden transmitir enfermedades severas que pueden provocar fallos de hígado y riñón”, apostilla. Una vez que la garrapata transmite la infección al perro, el período de incubación varía entre ocho y veinte días. Si el sistema inmune del animal no está saludable, éste puede padecer desde hemorragias a anemia, pérdida de peso, debilidad, alteraciones neurológicas o infecciones bacterianas.
Para evitarlo, el consejo de Moya pasa por vigilar al perro -especialmente si frecuenta zonas ajardinadas o realiza alguna salida al campo y, sobre todo, si tiene un pelaje largo-. Las zonas de los pliegues que se forman en la piel son los lugares más habituales donde se esconden las garrapatas, como detrás las orejas, en su interior o entre los dedos.
En el mercado existen diferentes métodos preventivos que ayudan a combatir los ectoparásitos. El collar, la pipeta y los pulverizadores repelentes son -junto a las pastillas y las vacunas- los formatos antiparasitarios más populares para evitar las pulgas y garrapatas en el perro. Todos son eficaces para mantener a raya a los parásitos e insectos, aunque se diferencian en la manera de aplicarlos y en la duración de su efecto. Entonces, ¿cuál elegir? “Cada animal es un mundo, así que lo que se aconseja es que acudan a consulta a que el veterinario les realice un plan individualizado con la fórmula más idónea para cada caso, ya que hay que valorar muchos factores: desde la raza del perro a los espacios que frecuenta, el contacto que tenga con otras mascotas, si reside en zonas endémicas, etc.”. “Además, es muy importante que sus dueños sean muy rigurosos con los plazos y formas de aplicación de los productos”. asevera Sergio Moya.
Los 10 consejos del Colegio de Veterinarios de Málaga:
1. Acudir al veterinario y realizar un buen chequeo del animal, especialmente recomendado en temporada alta de pulgas y garrapatas como la actual (de marzo a octubre).
2. Cada mascota tiene sus características particulares, por lo que los veterinarios recuerdan la importancia de hacer un plan preventivo antiparasitario individualizado y a la carta.
3. Prevenir la leishmaniasis canina, una grave enfermedad causada por un parásito que se transmite a través de la picadura de un mosquito, mediante repelentes o vacunas.
4. Ojo en esta época con la filariosis, una enfermedad cardiopulmonar, que requiere de vacunación. Está producida por un gusano de color blanco, que puede medir más de 30 cm de longitud cuando es adulto, produciendo alteraciones en pulmones y corazón principalmente, pero también en hígado, riñón, piel, bazo, ojo y cerebro.
5. Observar al animal y ,ante cualquier comportamiento extraño, si se rasca, revisarlo ya que probablemente haya pillado alguna pulga. Se debe actuar desde el primer momento.
6. Se aconseja revisar a las mascotas cada 3 meses mediante un análisis de pelo para descartas huevos.
7. Cuidar la higiene y en verano lavar al animal una vez al mes
8. Usa un champú apropiado al tipo de mascota y, si se lava más a menudo, que sea de uso frecuente ya que de lo contrario puede afectar al PH de la piel y por ende a su barrera protectora, lo que deja al animal más predispuesto a pillar pulgas o garrapatas.
9. Si se sale al campo o se frecuentan zonas ajardinadas, extremar las precauciones ante las garrapatas.
10. Llevar al día el calendario de desparasitación para saber cuándo hay que darle una nueva pastilla, aplicarle una pipeta, cambiarle el collar o vacunarlo.
Fuente: Diario Sur – 10 mayo 2015