El momentofundamental del ciclo de la oruga del pino o procesionaria se desarrolla durante el inicio de la primavera, cuando todas las orugas migran.
El contacto de este insecto con la piel del perro desencadena una dermatitis urticante.
El diagnóstico temprano es fundamental para limitar las secuelas y la mejor medida contra esta intoxicación por contacto es la prevención evitando las condiciones de exposición.
El momento fundamental del ciclo es durante el inicio de la primavera ya que, con la subida ligera de la temperatura, se estimula el “reflejo de enterramiento”.
Todas las orugas migran en procesión guiadas por una hembra.
El destino es un sitio ideal para enterrarse y formar las crisálidas, que saldrán al final del verano siguiente como mariposas.
El momento más peligroso es la procesión para el enterramiento, único momento en el cual las orugas se encuentran en el suelo formando un “espectáculo” natural que llama inevitablemente la atención de nuestros animales.
Éste se puede producir:
- con la hilera de procesionaria en movimiento
- con nidos caídos al suelo que hacen desprender en el entorno los pelos urticantes
- menos frecuentemente, con pelos llevados por el viento que dan por ejemplo afecciones oculares.
Las localizaciones, el pronóstico y las secuelas de las lesiones están estrictamente relacionados con la parte del cuerpo afectada, con la intimidad del contacto y con la precocidad del tratamiento.
La toxina que se libera de los pelos especializados de la oruga mediando así una potente reacción inflamatoria prolongada por la permanencia de los pelos que se quedan clavados gracias a su particular estructura.
- nerviosismo
- actos de deglución rápidos
- se toca la boca con las patas
- hipersalivación (ptialismo)
- en pocos minutos desarrolla glositis, estomatitis, hasta la incapacidad de cerrar la boca
- el angioedema que puede desarrollar es similar a cualquier anafilaxia
- si la oruga ha sido ingerida el animal tendrá vómitos.
- al cabo de una hora puede empezar a ponerse morada (cianosis) la lengua.
- la lesión localmente tiende a evolucionar hacia la necrosis, con posibilidad de pérdida de un trozo de lengua.
El diagnóstico temprano es fundamental para limitar las secuelas.
El tratamiento médico se basa en el uso de corticoides de acción rápida
Lavar la lengua o la zona afectada con agua caliente, ya que el calor desactiva la toxina.
Otras alternativas son el vinagre o el jabón; nunca se debe frotar la parte lesionada, ya que así romperemos los pelos dañados liberando después la toxina.
La mejor medida contra esta intoxicación por contacto es la prevención:
¡NO DEJES QUE TU PERRO SE ACERQUE A LAS ORUGAS, NI A LOS NIDOS!
Y, además, luchar directamente contra el parásito:
- Los nidos se deben eliminar podando las ramas, o sacando de ellas los bolsones protegiéndose los ojos y las manos y teniendo cuidado en que el nido no caiga bruscamente y no hacerlo en días de viento (así evitaremos el desprendimiento de pelos). Los nidos se queman.
- Lucha química utilizando insecticidas, a los cuales las formas larvarias son muy sensibles (a final de verano y principio de otoño)
Otras opciones son:
- el uso de feromonas que atraen a los machos hasta una trampa con el fin de evitar la cópula;
- proteger especies algunos coleópteros que se alimentan de la oruga.
- La infectación de la orugas con la bacteria Bacillus thuringensis, que produce una toxina mortal para las procesionaria.
Son extremadamente venenosas: producen urticarias y alergias en personas y en animales.
El riesgo está al tocarlas, sus pelos urticantes son como dardos envenenados. Si tu perro olisquea o, peor, lame a una de estas orugas debes llevarle inmediatamente al veterinario.
¿Cómo saber si tu perro ha estado en contacto con una procesionaria?
Estará tratando de rascarse la boca porque le dolerá. Los síntomas visibles son la inflamación de labios, boca e incluso de la cabeza.
¿Qué hacer?
Puedes lavarle la boca con agua templada pero lo más importante es ir rápidamente al veterinario para que puedan dar a tu perro un tratamiento con corticoides.
El resultado puede ser desde la necrosis de parte de la lengua a la muerte: si la infección llega a laringe puede morirse por asfixia.